Al descubrir las soluciones de A-dec para optimizar la postura y el movimiento de los doctores, el excampeón de ciclismo transforma la extenuante tensión muscular en una lección sobre cómo trabajar sin dolor.
Trabajar sin dolor. Eso es todo lo que el Dr. Keith Henderson deseaba después de trabajar durante más de una década renunciando a su salud por la demanda física que la odontología requiere. Le llevó cientos de horas y miles de dólares tratar los síntomas, pero el Dr. Henderson no observó progreso alguno hasta que identificó la causa raíz de su sufrimiento: una ergonomía deficiente.
El odontólogo del área de San Diego y excampeón colegiado de ciclismo expresa haber aprendido a fuerza de errores. Los dolores cada vez más intensos, el adormecimiento y la fatiga se volvieron tan extenuantes que, finalmente, su médico le sugirió hacer una pausa en su profesión. El dolor se alivió, pero solo cuando dejó de trabajar como odontólogo.
El verdadero milagro ocurrió cuando consultó a un ergonomista: necesitaba volver a aprender patrones que mejoraran su salud. Invertir en A-dec funcionó como un verdadero catalizador para producir el cambio.
El Dr. Henderson instaló asientos A-dec 500 equipados con sistemas dispensadores Continental. Así, logró ganar espacio al transformar cuatro consultorios en tres, una solución que generó gran eficacia y fluidez. Además, al configurar estratégicamente opciones de la colección Preference de A-dec, todo el equipo odontológico pudo trabajar en un entorno mucho más cómodo y ergonómicamente correcto.
“En varios aspectos, A-dec me salvó. Realmente pensé que dentro de unos pocos años tendría que abandonar mi profesión para siempre,” comenta el Dr. Henderson. “Si no estás saludable, es imposible aprovechar la vida al máximo.”
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