Los tratamientos de ortodoncia tienen como objetivo la corrección de la maloclusión dental (los dientes inferiores y superiores no encajan como deberían entre sí) y/o malposición de los dientes, para evitar que se produzcan problemas en la masticación y/o al morder, dolores de articulación en la mandíbula, prevenir la aparición de enfermedades periodontales, etc… Además de mejorar nuestro aspecto.
Según el momento en el que se actúa y se aplica el tratamiento, se distinguen tres tipos de tratamientos:
Tratamientos preventivos: cuando el problema aún no ha aparecido pero el diagnóstico indica que se van a productos dentales desviaciones y/o deformaciones en la posición normal de los dientes. En este caso se trata sobre todo de tratamientos destinados a corregir malos hábitos que puedan conducir a una mala colocación y/o formación de los dientes, para que de este modo más tarde no sea necesario utilizar otros tratamientos. Es por ello que normalmente los tratamientos preventivos se usan en pacientes de corta edad aún con dientes de leche (de unos 3 a 6 años). Dentro de los tratamientos preventivos se incluyen el uso de mantenedores de espacio, extracción de dientes supernumerarios (es decir, dientes de más), entre otras acciones para asegurar el correcto desarrollo de la dentadura.
Tratamientos interceptivos: se llama así a los tratamientos encaminados a corregir problemas en la posición de los dientes que ya están apareciendo y desarrollándose, pero de los que aún se está a tiempo de corregirlos antes de que empeoren, evitando tener que recurrir más tarde a tratamientos más complejos y de mayor duración. Estos tratamientos interceptivos suelen estar orientados a facilitar la salida de los dientes definitivos y a mejorar el tamaño y posición de los huesos maxilares, por lo que suelen realizarse en pacientes en edades entre los 7 y 11 años aproximadamente, cuando tiene lugar el cambio de los dientes de leche por los definitivos. Para ello es habitual usar tratamientos con aparatos fijos.
Tratamientos correctivos: cuando ya se ha producido la correspondiente malposición, maloclusión o deformación en la dentadura. En estos casos es tarde para prevenir el problema, y se requieren tratamientos que suelen tener una mayor duración y que requieren un mayor estudio de cada caso. Se incluyen normalmente en este tipo todos los tratamientos que se realizan una vez han terminado de salir todos los dientes definitivos, lo que incluye dentro de esta categoría a los tratamientos de ortodoncia en adultos. Para estos tratamientos se suelen utilizar diversos tipos de aparatos, tanto fijos como removibles, según las necesidades de cada caso y las preferencias del paciente.
Según el momento en el que se actúa y se aplica el tratamiento, se distinguen tres tipos de tratamientos:
Tratamientos preventivos: cuando el problema aún no ha aparecido pero el diagnóstico indica que se van a productos dentales desviaciones y/o deformaciones en la posición normal de los dientes. En este caso se trata sobre todo de tratamientos destinados a corregir malos hábitos que puedan conducir a una mala colocación y/o formación de los dientes, para que de este modo más tarde no sea necesario utilizar otros tratamientos. Es por ello que normalmente los tratamientos preventivos se usan en pacientes de corta edad aún con dientes de leche (de unos 3 a 6 años). Dentro de los tratamientos preventivos se incluyen el uso de mantenedores de espacio, extracción de dientes supernumerarios (es decir, dientes de más), entre otras acciones para asegurar el correcto desarrollo de la dentadura.
Tratamientos interceptivos: se llama así a los tratamientos encaminados a corregir problemas en la posición de los dientes que ya están apareciendo y desarrollándose, pero de los que aún se está a tiempo de corregirlos antes de que empeoren, evitando tener que recurrir más tarde a tratamientos más complejos y de mayor duración. Estos tratamientos interceptivos suelen estar orientados a facilitar la salida de los dientes definitivos y a mejorar el tamaño y posición de los huesos maxilares, por lo que suelen realizarse en pacientes en edades entre los 7 y 11 años aproximadamente, cuando tiene lugar el cambio de los dientes de leche por los definitivos. Para ello es habitual usar tratamientos con aparatos fijos.
Tratamientos correctivos: cuando ya se ha producido la correspondiente malposición, maloclusión o deformación en la dentadura. En estos casos es tarde para prevenir el problema, y se requieren tratamientos que suelen tener una mayor duración y que requieren un mayor estudio de cada caso. Se incluyen normalmente en este tipo todos los tratamientos que se realizan una vez han terminado de salir todos los dientes definitivos, lo que incluye dentro de esta categoría a los tratamientos de ortodoncia en adultos. Para estos tratamientos se suelen utilizar diversos tipos de aparatos, tanto fijos como removibles, según las necesidades de cada caso y las preferencias del paciente.
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